En una red social unos días atrás escribí con otras palabras, comentando lo mismo:
Cierran las noches, ¿quien las abrirá?. ¿Se necesitara algo más que invertir un bien material?, ¿se necesitara un carnet?
Muchas preguntas en el aire para un negocio base en este país.
Las noches de verano, las discotecas, los disco bares, la hostelería en general pende de un hilo, cual marioneta gobernada con un guion equivocado.
No voy a dar la razón a estos gobernantes tirititeros, los cuales cambian de parecer cuando les conviene, ni a los jóvenes que rechazan esa distancia social ó el uso de una mascarilla higiénica.
Conozco lo que es una discoteca desde sus entrañas, desde su limpieza e higiene hasta sus malas costumbres, las costumbres por parte del publico y las costumbres de los empleados y propietarios, los últimos con ó sin cártel.
Este es un verano sin canción, sin una gramola en la cual alguien metió varias monedas de 25 pesetas y sonó el mismo tema quince veces seguidas, un verano sin la canción que el DJ de turno repita tres veces por la tarde y cinco por la noche. Solo es un verano peligroso.
There are all kinds of things I could ask you if I choose
But I don’t do I dear good intentions don’t survive here
No instead my requests tend to be dumb as hell
Move in close, closer still, I hear the songs of Georgie Gershwin
I swear at you ‘cause I believe that sweet talk like candy rots teeth
No Hallelujahs, or gifted voices
To sing your praises I’d be walking on wheels
No whoops or war cry’s or caramias
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