El comienzo de mi relación laboral con la hostelería nocturna, fue un sábado del año 1979 en el Chiringuito de Cabueñes.
Por esa época conducía un Renault 6, el cual teníamos como coche de corporación en la empresa de mi familia, cuarta generación en el ámbito de la construcción y de la cerámica.
Ese sábado, Mario Elias me ofreció hacer un porte para abrir el Chiringuito, en esa época regentado por Rafael San Juan, de ahí surgió un pluriempleo como portero, camarero y recadero en coche durante los fines de semana …
Al cabo de un tiempo Rafael me formuló la siguiente proposición: “Ya que trabajaba en la construcción, podría plantear a mi padre, el construir una discoteca en una finca, la cual siempre había sido un baile. Podríamos ser socios”…
Recuerdo que marché encantado a mi casa, y en esos tiempos con los Astilleros de Gijón cerrando, en plena transición política, ocurrió lo que no podía creer, mi padre dijo que hablaría con Rafael.
Rafael también busco a otros socios, muy vinculados a la hostelería local y un número uno en las noches de Gijón. Aquilino y Armando los dueños del Pub Tizón, entraron en sociedad con un tercio de la propiedad.
En noviembre del año 1980 me fui al servicio militar con un proyecto en el aire, con muchas dudas sobre mi futuro pero con un tesoro, la juventud.
Recuerdo que Rafael me fue a ver a Galicia, a pescar angula algunos días de semana, y que la envía en tren a Gijón..
Corría el año 1981 y las cosas se fueron logrando, el día 23 de febrero mientras estaba en el cuartel, firmaron un contrato de sociedad, TIK S.A. se presentó como empresa al fisco, y a partir de ese momento comenzó la construcción de la discoteca en Gijón con tres socios a partes iguales, cada uno representaba el 33,3% de la sociedad.
Cuando hablé al cabo de unos días con mi familia, me comentaron que ya habíamos formado una sociedad y alquilado el Ideal Rosales en la Guia, un barrio de Gijón.
Mi futuro tomó otra perspectiva.
En un permiso de la mili, recuerdo que era mi cumpleaños, celebramos una fiesta en el Ideal Rosales y me llevé un boceto, del cual salió el diseño de la planta de la discoteca.
Durante la época de la construcción, se filmaron escenas de la película premiada con un Oscar “Volver a empezar”
El día 25 de diciembre del año 1981 abrimos las puertas a las siete de la tarde, con un futuro por delante y rompiendo esquemas, tanto personales como laborales.
Nunca pude imaginar el éxito que alcanzaríamos a lo largo del tiempo. En parte tenía miedo, sabía lo que era, lo que es una crisis, tanto por el cierre de los Astilleros de Gijón como por la crisis de la construcción en los últimos años de la década de los 70.
El día 25 de diciembre del año 1981 el lleno fue total, el público nos felicitaba aunque la carpa de circo que utilizabamos como tejado, condensaba y llovía humedad.
Una colección de vinilos escogidos, y un sonido perfecto gracias a la envolvente de nuestra cúpula, fue parte del éxito.
Tras esa Navidad, el día 6 de enero cerramos para obtener el permiso definitivo de la Gobernación y hacer arreglos en la edificación. En Carnaval del año 1982 abrimos otra vez las puertas.
Propietarios:
Rafael (1/3) , Armando y Aquilino (1/3), Familia Iglesias (1/3)
Denominación social, nombre de la sociedad:
Ana Iglesias
Arquitectos:
Hermanos Cabezudo
Diseño de planta y logotipo:
Adriano Iglesias
Contratista de obra:
Samoico (Miguel Honrubia)
Diseño Interior:
Rafael San Juan